Se esconden entre la masa
y en su mente a la distancia
se admiran mientras se pasa
su tiempo en beligerancia
La ternura se derrama
en las lágrimas que calan
los versos que se regalan
corazones que se inflaman
Ella es tierra y él su fuego
ella el mar y él marinero
compartiendo el duro juego
del amor más pendenciero
Saben que se necesitan
y su cariño es la brisa
de las almas indivisas
flores que nunca marchitan
Y sus miradas reflejan
los ojos de sus parejas
las esquinas de un cuadrado
con un muro a cada lado