El tiempo me obsequia
con brazadas de segundos.
Apuntalo un recuerdo de témpano
sobre la superficie del averno;
hemos decidido no comenzar de nuevo
ya que el reloj de los reproches impares
carcome con sus molares de lapsos
nuestros más fervientes sueños.
Vocifera poniente
y bosteza la gruta donde habita lo aleatorio
y pernoctan las sospechas cotidianas.
…Y es así como se forman las distancias
que no comprende el ser humano…