¡I
Ibamos tan juntitos…!
llegábamos al mismo tiempo,
y por la misma avenida,
entrelazábamos sueños.
¡Y yo adoraba al cartero!
Con tan solo dos silbatos…
el me traía tu amor,
en mensaje, entre sus manos.
Había mil ansias nuevas,
por arribar a buen puerto,
navegando en nuestras plumas,
¡El confidente secreto!
Se juntaban cien mil horas,
en un eterno rosario,
cuenta a cuenta…las contaba,
para volver a encontrarnos.