Alma al aire

Noches sin sueño


Ven,

déjame abrazarte,

déjame quererte,

no digas nada.

Siente ya mis besos

caminando por tu cuello,

acercándose a tu boca,

contestando cada rezo.

A mis manos tomando

el marco de tu cara,

conteniendo los suspiros,

acercando las miradas,

rozando las narices

dulcemente enamoradas,

atrapando cada labio

con el néctar de las almas.

 

Ven,

quiero desnudarte,

que no tengo miedo,

que no me importa nada.

Siente los deditos desandarte,

siente la caricia de mi vientre,

encendiendo los deseos presos,

humedeciendo la piel caliente.

A mis manos apartando

los cuadros de tu camisa,

a las bocas que se beben

con pasión y poca prisa,

al cabello desatado

cosquilleando locamente

a los amores que en silencio

se deshacen mansamente.

 

Ven, 

que la noche es larga

y el tiempo sobra

para recorrerte.

Que la dicha es buena

y mi corazón te llama,

que te quiero conmigo

dormido en mi cama.

Que te amo con fuerza

y la impaciencia me quema,

que ya no me alcanza

escribir un poema,

que no quiero trabas

ni barrera alguna,

que quiero amarte

hoy bajo la luna.

 

Ven,

sé mi noche oscura,

sé el abrigo de mi cuerpo,

no hace falta decir nada.