El día que fui oreja
Mi boca no dijo nada
Mi corazón estallaba
Más no emitió una queja
Ese día cayeron las tejas
De una casa bien cimentada
Las puertas se descalabraban
Las ventanas se abrieron perplejas
Y yo hallándome entre rejas
Escuchaba y escuchaba
Mientras la tierra giraba
Mi alma aprendió a ser vieja.
Ese día fui oreja
Y mi boca una aldaba.