Dios existe en el amor de una mujer,
de allí todo comienza a nacer,
desde el embrión,
hasta el fin del camino...
Largué el bastón,
ya no lo necesito,
Tu amor de a poquito
me dejó entero, erguido...
Sí, necesito de tí,
nena me haces falta,
contigo la magia, la vida,
se renueva cada día...
En el amor de una mujer,
Dios se hace presente,
desde la naciente,
hasta el océano bravío...