Alejandro

A la deriva

¿Cuántas almas desveladas

podrán caber en estas manos?

¿Cuál ósculo valiente

se atreverá a quitarnos el frío?

 

La vida no cabe en un beso

pero más de una se ha ido con algunos,

mis ideas fundamentales ya no van

ni de apoteosis ni de desarraigo.

 

Las hojas caen y se mecen

con su impúdica insolencia

de no saber que pasa

ni preocuparse por ello.

 

Las palabras valen tan poco

como la sonrisa vacía

que miro en los espejos,

charcos, uno o tantos reflejos.

 

¿Cómo ponerle punto

a una pregunta sin voz

ni letra ni ojos ni labios

ni frenos ni comas ni manos?