Yacen en la tierra donde sus semillas crecen
enormes, imponentes abrochados a sus rieles
aposentos ordenados de interminables rutas
donde reposa el viento, luna y amaneceres.
Aya lejos avistan cielos púrpuras, horizontes y quehaceres
recogen del río musgos, matapiojos y sol naciente
Verdes prados, yerba seca, se levantan en lo alto
sus ascendientes, los de la vieja guardia, añosos encapados
que aún se visten de verde.
Atrás se escucha el silbido, ¡tremendo coloso!
con cientos de almas en su vientre
A toda velocidad quiebra el viento
rozando en sus grandes vigas los hierros calientes
como un soplido de ensueño recorre valles, llanos,
túneles y puentes. Nadie queda indiferente…
La tierra humedecida que antaño lo alimentara
trae de regreso el tiempo: campesinos, forasteros
ganado entre las colinas, tiempos pasados y presentes
Su noble tarea la han cumplido con creces
el tiempo tiene raído los fierros y torniquetes,
de tanto sol y rocío su espacio se ha extinguido
ha marcado su huella entre pueblos y andenes
Quizás te cambiarán por otro naciente
Tranquilo bello durmiente,
entre hojas y polillas volverás a tus raíces o talvez
descansaras en algún mueble…..
Alexia