En un momento llenaste mi vida,
le diste una chispa de seducción,
arrancando del fondo de mi ser
los sentimientos dormidos.
Mi corazón despertó lleno de gozo,
palpitante, ansioso por los momentos
mágicos que tú le entregaste.
Sentí tu respirar jadeante, mi conciencia agitada
por ese maratón de suculentas palabras
llenas todas de pasión, que lentamente
hacían hervir mi sangre.
En cada sílaba de tu voz plasmada
en este pergamino de sentimientos,
diluí momentos inolvidables
por el fluir de tu tacto.
Y con el contacto de tus dedo,
tu mano se arrastraba,
deslizándose en cada renglón;
sin tocar mi cuerpo.
Mis ojos suspiraron tu esencia
llenándome de vigor y deseo,
estremeciendo todos mis sentidos.
Desde ese instante mi mente no te olvida,
has penetrado mi alma y renacieron
mis emociones que creí perdidas;
ya formas parte de mi historia
la fantasía dejó huella, mi sentir fue real
y lo evoqué pensando en ti.
¡Estamos vivos!
Yo nací el día en que te conocí;
tú, cuando creaste este mundo mágico
pensando en mí; tus deseos se hicieron realidad,
no los soñaste, espero tengas conciencia de ello,
la fuerza de tus pensamientos
lograron atraparme.
Y hoy, no puedo arrancarte
de mi mente, tatuada quedo
tu presencia en mí y te pienso
a cada instante.
Magali Aguilar Solorza
(Quiet Night)
Martes/Septiembre/22/2009 11:45am
Autora mexicana