De la sombra sonora de tu pecado
soy habitante conocido.
Ruega por mi y ruega conmigo.
Temo a que invoques una brecha, te digo:
No apartes de mi tu boca.
Volando no estás, mas se hallan pasos de brisa o viento
bajo los pies que llevas.
Brisa mirada, viento delicia, ola sin sal.
Si volares, no apartes de mí tu boca.
Llevo años en tu falta, nuestra falta mutua.
Apiádate de mis labios juntos en ocasión de tu nombre.
Imposible y profundo, es mi laguna lunar,
cuyos susurros se van adentro en tu pupila.
Lávame del cielo pasado, pásame por aire lavado
y no apartes de mí tu boca.
Si acarreada fueras al inmenso nocturno con mi empuje
y me hallara hecho húmedo, antiguo amante tuyo;
Sirviendo a nuestro placer y adorno,
mírame adentrarme, mírame dejar calor
pero, no apartes de mí tu boca. Nunca.