Mi alma vibra de emoción
al saber que en tu corazón
aceptaste dar un espacio al mío;
cuando más triste y solo me sentía
y cuando deambulaba confundido,
inesperadamente apareciste en mi vida,
me diste amistad, me tendiste tu mano,
besé tu mejilla con mucho amor,
sentí respeto, confianza y pasión.
Tengo el deseo de gritar al mundo
y hacerle saber que ante todo te amo,
que en mi vida y mi corazón yo no mando,
que soy tuyo, que yo te pertenezco.
Cuando amanece estoy pensando en ti
y al anochecer sigo pensando en ti;
no es un sueño, tampoco es ilusión,
soy recipiente que vierte amor
soy dichoso prisionero de tu corazón.