Condenados a muerte somos desde que nacemos,
Condenados por nuestros errores,
Esos errores que matan no el cuerpo sino el alma,
Porque de que me sirve un cuerpo sano eso se acabara y perecerá
Mas el alma que regularmente dejamos morir
Es el único camino para llegar al lado de nuestro padre celestial.
Dejamos que el placer carnal nos domine,
Nos han hecho creer que pedir perdón al final bastara para llegar al cielo
Mas no sabes que Dios posiblemente pueda decir: ¨ ¿Quién eres?, yo a ti no te conozco ¨
Nos creemos los reyes cuando hacemos lo que queremos,
Decimos en nuestra mente que feliz que soy
Pero una vida feliz en el mundo, comparado a la eternidad
Es como ser feliz un segundo.
Miente el que me diga que no es manjar para el humano el pecado
Pero esos manjares como todos los demás tienen un precio muy caro,
El pecado lo llevamos en las venas tan solo con el pensar
Solo queda ser las mejores personas que podamos ser ante Dios y la humanidad
Pero lo más importante es buscar las llaves abran las celdas de nuestra condena
Que no es más que entregarle nuestro cuerpo, alma y corazón a Dios.