Luna llena y yo sin él,
sin estrellas quedó el cielo
y una pena humedeció
de añoranza mi pañuelo.
Un Cucú cantó a mi suerte
entre el frío del silencio
y voló lejos del nido
con mis sueños indefensos.
Luna llena y yo sin él,
cara blanca y dios dormido,
en la noche se ahogó
de mi boca, un suspiro.
Ni el grillo trovador
aleteó en la luz de luna,
extrañó mi alma su voz
como el niño en la cuna.
El vacío en mi interior
se hizo llagas en la piel,
una noche tan hermosa!
luna llena y yo sin él.