Tengo un ángel que me cuida
y me lleva de la mano,
me levanta en las caídas
y me ánima en los desganos.
Es un ángel que no grita
y acaricia dulcemente
ese ángel es mi abuelita
y siento que me cuida siempre.
Es espíritu de amor perfecto
por su dulzura infinita;
yo en la tierra soy su nieto
y ella en el cielo, mi abuelita.
Es un ángel de tercera edad
que entre querubines vuela,
es el ángel de espiritualidad
de mi dulce y bella abuela.
Alejandro J. Díaz Valero