¡Si, un día, fuese navegante!
Amaría el viento, la sal
el mar, y entre puertos, ¡a ti!
Rosaría tu suave piel
¡Sí, un día fuese navegante!
dormiría sobre tu proa,
guiado por faro de tus ojos
alimentado por tu boca
¡Sí, un día fuese navegante!
en el ocaso de mi viaje
cuando la nieve rocié mi pelo,
buscaría tu suave consuelo
¡Solo entonces!, exhausto aliento,
Tu costa, mi reposadero
Mi noche, tu brisa y el mar,
mezclan su acento, en mis oídos
donde la oscilación de las olas
limpien la playa de mis ruinas
y tu mirada acaricie,
la pesadumbre de mis huesos