No es posible arrancarte de mi mente,
porque surges en cada pensamiento;
en el cielo, en los mares y en el viento;
y en la luz de mi aurora estás presente
Me incendiaste la vida de repente,
y abriste el paraíso en el momento,
en que el sol estalló en mi firmamento,
al saciarse mi labio en tu vertiente...
Ahora que mi alma es tu señorío,
y en tus ojos me siento prisionero.
Ahora que en mi agosto ardió tu enero
y llenó mis mañanas tu rocío...
No me niegues tu Flor, porque me muero,
y abrele su corola al Amor mío...