Su nombre en mi boca
desborda mis labios,
me recorre el pecho
por dentro y por fuera,
da vuelta en el alma,
me vuelve tan suave,
que me arrastra el viento
cuan hoja cualquiera.
Su nombre en mis ojos
imprime colores,
como primavera
en bellas mañanas,
me pinta graffitis
de amor en la cama,
me vuela la mente
de solo pensarla.
Su nombre en mi oído
susurra tequieros,
la piel se me encoge,
me vibra de arena,
y con sus suspiros,
sin tacto y sin roce,
logra que reviente
la sangre en mis venas.