Cansado de andar por el bosque
el osito buscaba descansar,
y vio una casita de bloques
donde pudo, sin permiso entrar.
Al entrar sintió felicidad
y eso lo hizo sonreír
al ver en la sala un bello sofá
en donde pudo, tranquilo dormir.
Ese osito fue tan osado
que después que despertó
vio en la cocina un pavo asado
y sin permiso también, se lo comió.
Alejandro J. Díaz Valero