Voy llegando a la casa
de mis queridos abuelos
una reja muy alta,
con unas puntas de fierro
que parecen enterrarse
por la ausencia que les tengo.
Una terraza baja
con un techo color oliva,
tiene una entrada ancha
para que pase la vida.
En una cocina clara,
con una puerta vencida,
de tanto entrar y salir.
La abuela tiene su templo
con su exquisita comida
comino, ajo, romero
olores que conocía,
desde mi existencia pequeña,
cuando con ellos vivía.
Te miro y reconozco
por tantos años vividos.
¡cómo haz cambiado ahora,
muy lenta en tu caminar,
encorvada en tu trajín
haz acumulado años
como flores el jardín.
Si bién tu cuerpo recuerda
el paso en esta vida
no refleja los conocimientos
adquiridos en tu memoria.
Como un libro guardando
tantas cosas para la historia.
Los hijos que ya se fueron
que trajiste a la vida,
cuantas alegrías dieron
en esos pequeños años.
Ya con terno y corbata
con un título en la mano
te hicieron caer gotas
de tus verdes ojos cansados.
Hoy te encuentras sola,
en tu casa solitaria,
de vez en cuando te ven
los nietos el fin de semana.
y.....recuperaras fuerzas,
para seguir el la ruta
de este camino largo.
Teniendo como la meta
un poco más de cansancio.