Veronica M Cepeda

BABEL

Me duele en la carne

que no hablemos el mismo idioma,

que cada palabra sea tumulto

o texto con erratas sin fe.

 

Si yo digo deseo

me contestas pensamiento,

si digo libertad

me dices posesión,

si menciono al amor

sólo intuyo que me dirás

                                     ayer.

 

Tuvimos días de sexo y plenilunio,

noches en las que mi cuerpo

se vestía de negro y estrellas,

silencios que se hacían añicos

con el alboroto de la cama,

duetos casi operísticos

de suspiros piel a piel

y las gotas de sudor

eran final de fiesta.

 

Ahora sólo me quedan

esquirlas de aquellas horas

y un presente que necesita traductor

cada vez que mi voz

sale a tu encuentro para decir:

¡te amo!