¡PADRE!
Un día decidiste el futuro alcanzar
Y emprendiste el viaje Llevando
tus maletascargadas de ilusiones
Y dejaste atrás, allá entre las montañas
A tu madre, hermanos y una casa vacía
Y leños encendidos en el fogón de abuela
Habías oído hablar de un lago y de unas torres
Debajo de las cuales emanaba petróleo
De ese viscoso líquidodel color de la noche
Que en manos de los hombres les cumplía los sueños
Y te atacó una fiebre que en tu cuerpo hizo mella
En tu afán de cuidar a la familia entera.
Y el tiempo transcurría, Tu estirpe se agrandaba
Y con ella tus ansias de llegar a la meta.
Muy lejos estuviste de ingresar a la empresa
Pero no desmayaste y el camino encontraste
Carpintero de sueños Albañil de ilusiones
Arquitecto de ensueños Poeta, bardo, vate....
Y cambiaste la mina por humilde oficina
Y entonaste canciones con los labios cerrados
Silbando El Conticinio Tal vez para escuchar
el lejano rumor de tu querido lar.
De tu distante cuna,de tu añorado hogar.
Y tu imaginación llenabas con preciosas estrofas
De la hermosa canción de nuestro Laudelino.
De la melodía que siempre te incitaba el grato soñar.
A tener un amor y a disipar en tu alma el acerbo dolor.
Y te marchaste un día llevándote tus sueños
y con ellos a la mujer a quien supiste amar.
A tu dulce ilusión,
quien trocó tu dolor en arrullos delquerer.
Y te alcanzó el silencio y te alcanzó el amor.
¡MADRE!
Valió la pena mamá, lo lograste
Y en el mundo dejaste Seis retoños
del vientre que un día amamantaste
Impulsándoles sueños,
Valió la pena mamá, te lo aseguro.
Mujer recia, sabia, abnegada, buena.
Y recuerdo tu aroma, y recuerdo tu aliento
Te recuerdo doblada en esforzado intento
Cuando confeccionabas tus mejores diseños
dedicados a tus hijas, exclusivas modelos
Pedaleando, cortando, hilvanando, pensando.
y lágrimas enjugando, de tu rostro o mi rostro
Y a un lado del fogón donde nos cocinabas
esquisitos manjares, nuestro diario sustento.
Y tus locas carreras por llegar donde fueras
Y tu constante risa y tu infaltable ingenio
Te recuerdo rezando, te recuerdo implorando
El perdón a tus culpas por tus humanos sueños
No olvido tus plegarias, no olvido tus consejos
No olvido tus sermones, no olvido tus recetas
Que buen día aplicaste en tu afanoso intento
De alcanzar tu ambición
Cuyo objeto tenía que nosotros tus hijos
Gozaramos lo que tu nunca habías gozado
Que tus hijos amaran y que fueran amados
Que tus hijos rieran, que tus hijos cantaran
Que tus hijos rezaran y que nunca sufrieran
Y también te marchaste y también nos dejaste
Un viernes como este hace toda una vida
Pero emprendiste el viaje acompñando al hombre
al mejor de los padres, artesano de sueños
al hombre que alegró lo mejor de tus días
Cantándote al oído el dulce Conticinio.
Lo lograste mamá, te lo aseguro
Y aquí nos tienes mamá añorándote siempre
Recorriendo el camino que bien nos diseñaste.