Volverán las mullidas esterillas
en tu mochila las correas a colgar,
y, otra vez, las guardaremos
que con paciencia enrollaremos
pero aquéllas que vieron como dormíamos,
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquéllas que aprendieron nuestros nombres...
ésas... ¡no volverán!
Volverán las coloridas pañoletas
de tu cuello a tu pecho colgarán,
y otra vez a la tarde, aun más hermosas,
sus colores se verán;
pero aquéllas, ya descosidas,
cuya hermosura mirábamos sin cesar
y resplandecían con el sol de la campa
ésas... ¡no volverán!
Volverá la promesa scout a tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón, tan grande como ninguno
tal vez despertará;
pero mudo y absorto y sentado,
como se adora a Buda ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate:
¡así, no te querrán!
Guillermo Santiago 12-dic-11
*Inspirado por el famoso poema 53 (LIII) de Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870).
*Dedicado a Nekane.