Al contemplarme frente a
mi viejo espejo,
mi alma solo vislumbra
el amor,
que cada día crece más y más,
dentro de mi corazón,
desbordándose sobre mi existencia
pasada, presente y futura,
Al contemplarme frente a
mi viejo espejo,
solo siento el aroma fresco
de tu piel junto a la mía,
cuántos caminos recorridos
en verbo y palabras,
que eran la resulta de una melodía,
no era otra cosa que nuestra
canción de amor,
un deseo compartido,
una plegaria elevada,
que nuestro amor perdure,
en el transcurrir de la vida
y aún más allá.
Al contemplarme frente a
mi viejo espejo,
veo nuestros hijos y
los hijos de nuestros hijos,
y en cada uno de ellos
se refleja el amor que nunca
morirá entre nosotros,
el tiempo que ha pasado,
una vida entera compartida,
y nos amamos como el primer día,
si hasta parecemos jovenzuelos aún,
aún nos tomamos de la mano,
para ir al mismo parque
donde solíamos contar las horas
para volver a estar uno junto al otro,
a pesar de todo lo que hemos vivido,
no nos importa en lo absoluto,
besarnos en cualquier lugar,
que digan lo que quieran,
nos seguimos amando,
Al contemplarme frente a nuestro
viejo espejo,
lo que refleja es nuestro amor
y punto.
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Carlos Dos Santos Daniel