Mirad si esta tarde es especial la luz poco a poco va disminuyendo, los murmullos de la noche renacen como luciérnagas entre la hierva.
El olor a humo y las visiones en sepia de lejanos paisajes surcados de vez en vez por un ave veloz, se entremezclaban descubriendo las formas lánguidas de los arboles separados por los amurallados senderos.
Mirad, mirad el azul de las montañas y el peculiar vació d sus cubres, el lejano llamado de su vociferante voz.
Adéntrate en lo místico, en lo oculto, en los misterios que yacen en esta tierra mágica.
Que la hierva sea tu estandarte y las hojas rocen tu piel hasta fugarte en las caricias del viento.
Y las dríades fecunden tu cuerpo con besos y te vistan con flores.