Somos amigos, cómplices del fuego
que nos quema la piel y la aventura
que perfuma en silencio, la censura
de los suspiros de atrevido juego.
Tenemos privilegios, el sosiego
de los besos que pierden la cordura
y en secreto se embriagan de locura,
hasta dejarnos el deseo ciego.
Sin reproches ni celos, sólo amar
la magia del momento, sin dejar
florecer sentimientos dominantes.
Y quizás, de repente, llegue el día,
que el amor nos sorprenda con valía
y nos convierta en más que dos amantes.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.