En las puertas del corazón,
colgó mi cuerpo un letrero:
“Busco un cariño sincero
que renueve mi ilusión”
Hoy se impone mí razón,
a pesar de que te quiero.
Necesito un compañero,
que me preste su atención.
Que además de admiración,
muestre un amor valedero,
pues sólo con decir te quiero,
no alcanza a mi comprensión.
Cuando a mí disposición,
no hay un hombre verdadero.
Un semental que ligero,
sepa incendiar mi pasión,
sin que en mi imaginación,
mi celo busque asidero.
Que éste tú amor pasajero,
no me da satisfacción…
No pretendo perfección,
ni príncipe o caballero,
tan sólo un hombre requiero,
que sepa dar la lección,
que entre querer y quiero,
pueda pasar a la acción…