SALMOS I
Tú eres, Oh Dios
El Rey de las alturas,
El que perdona nuestros fracasos
El que nos da la victoria.
Tú eres, el Dios de las alturas,
Fuerte en poder,
Grande en misericordia,
Temible desde tus santuarios,
Tú eres el que llena la tierra
Con tu misericordia.
En tu preciosa paz permaneceré,
En tu victoria me gozaré,
En tu nombre declararé que tú
Tienes todo el poder.
Tú eres Jehová: Mi espada de triunfo,
Tú eres el que me sustenta, y el que
Me alienta; en el día de mis pruebas
Tú eres el que me da la fuerza.
Bendito sea tu nombre,
Bendito sean los que en ti confían,
Bendito los que en ti esperan,
Bendito es el nombre de tu Hijo
Jesucristo y bendito es tu pueblo
Israel hasta lo infinito.
Autor: José Monnin el poeta
Derechos reservados
Limpio-Paraguay
2006