Antes de que te vayas,
déjame besar tus labios por última vez,
acariciar cada centímetro de tu piel,
robar el aroma que emana tu ser.
Antes de que te vayas,
no me dejes nada,
llévate todo, déjame seca,
sacia mi hambre, dame de beber.
iOh! iVida mía! antes de que te vayas,
iPor favor! No cierres la puerta,
déjala entreabierta
por si un día quieres volver.
O llévame contigo,
en un rincón de tu maleta,
en un rincón de tu bolsillo,
en lo más profundo de tu alma,
en lo más íntimo de tu ser,
dónde sólo tú y yo sabemos
que un día existimos.
(Anita Silva)