Virtuosos los defectos que te invaden, dama mía
Dichoso he de sentirme por mirarte
Luz que diste a mi vida un destino
Palabras que entre los sinsabores voy plasmando en las líneas que se dibujan en el papel.
Fracturada la angustiada alma que te nombra mujer
Agitado el corazón, al que el latir te debe
Sudorosas las manos que no te acarician.
Muchos los besos que te debo
Nada que puedas deberme en este orbe en el que todo me has dado
Tanto lo que quiero darte.
Jubilosa la dicha que me embarga al escribir tu nombre entre los versos perdidos de esta noche tibia, en la que escribo a tu lado y tu no sospechas que te miro y te nombro.
Te nombro en la inmensidad de los sueños
Te voy nombrando en la melancolía de lo que no te he dicho
Te llamo en las letras de esta una noche tibia madre mia.