Los recuerdos se humedecen en la lluvia de mis ojos
Y quedan oreándose bajo mis pestañas
Esperando que escampe el día
Para sacudir mis nostalgias.
Y están atentos
Porque más y más
Le ganan espacio al olvido.
Estos recuerdos con nombre y apellido
Que me saben a tiempos idos
Pero también a un amor casi prohibido.
Porque sin pensarlo alguna vez
M enamoré de una inexistencia.
De un rostro sin constancia
De una lágrima furtiva
De una soledad que buscó nido en mi corazón.
Porque nos encontramos en los límites del tiempo
Y al ritmo de reloj, en el momento preciso
En el día preciso.
Estaba casi escrito
En los anales de nuestros destinos.
Pero de pronto un capitulo se perdió
Y me quedé suspendida en el silencio
De un amor que espera la soledad
Para replegarse en el no olvido.