Mi papá subió a la cumbre
a contemplar la ciudad
y después que sube y sube
se deleita de verdad.
Que bello se ve todo desde arriba
el paisaje del mundo citadino;
sí escalar la montaña cansa y fatiga,
contemplarlo te deja complacido.
Que arriesgado es mi papá,
que escala grandes alturas
para contemplar la ciudad
y apreciarle su hermosura.
Alejandro J. Díaz Valero