Recuerdas loco cuando subimos la montaña
Recuerdas que dijiste que el tiempo se pasaba volando como aquellas aves
A mí no se me borra el recuerdo fácil
Ni como me caí y espere a que me ayudase tu mano
Pero te hiciste el gracioso y claro no la tendiste
Reíste sin parar mientras subías la pendiente
Yo inerte no creía que fueras tan frio
Y que prefirieras ignorar mi llamado de auxilio
Después de broma pegaste un grito desesperado
Yo corrí para mirar que te había pasado y claro
Allí estabas cansado de sonreír al verme caer de nuevo
Que buenos tiempos tarumba
Que tiempos sin lluvia en el alma nuestra
Qué ventaja externa la que se notaba
Cuando éramos capaces de cualquier obstáculo vencer
Verme crecer mientras tu yacías al borde del colapso en un carpe diem
Me vi sin tu compañía a ratos
Tantos y tantos atajos tomados en vano
Hicieron que de a poco nos fuéramos formando
Eras malo en algunas cosas
Sin corazón, sin alma
Incalculable y sarcástico camarada
Tendías trampas a la par del camino esperando pisadas
Y sonriente sin muchos sueños
Cumpliendo con vivir en un tiempo espacio
Dañino y alejado de la sociedad común de nuestro días
Allí estabas siempre en las esquinas de mi barrio
Esperando gente que buscaran juegos bastos
Y un día de travesuras y aventuras sin cansancio
Nunca entendí tus actos extraños pero eras único y eso importaba
Enseñabas estrategias buscabas recordar fechas
No queriendo perder de la cabeza la sonrisa
Sumisa y escondida esencia que se guardo en nuestro descanso
Yo intente parecerme a ti en tanto
Rellenando espacios vacios de mi infancia
Pero mi madre lloraba en su cuarto y a mí no me daba gracia
Y mi padre caí presa del presente extraño de su hijo
Y yo sonriendo dormido en mi cama mientras conmigo trepabas montañas
No había aventura más grata ni inconclusa
Angustia quien dijo que sentía
Si contigo era molestia la vida
No importaba tener que irme a otra tierra contigo al lado
No había gente que importara
Ni juegos de niños normales
Eran gigantes asomos al precipicio
Principios perdidos conforme el riesgo avanzaba
Y nuestros ojos no creían en lo absoluto lo que pasaba
Adrenalina en el fuerte sonar de las campanas
Mientras rompíamos ventanas del barrio
Y robábamos al viejo Octavio
Que tiempos extraños que no caben mucho en mi memoria
Hoy pasaron veinte años colega
Y todavía conmigo engañas
Viviendo en realidades distintas que nadie plasma en un papel
Porque nadie más que nosotros vivió bien
De un presente, sin hoy, ni ayer, ni mañana
Cuanto daría por no tener que despertarme de la cama
Y mirar mi rostro en un espejo triste sucio y viejo
En un cuarto recluido de cualquier hospital psiquiátrico.