Se suma, a cielo abierto,
los pétalos carnosos
de alguna noche de luna,
dentro…muy adentro.
Se suma, la ira
de quienes fueron apaleados
sin citas, dentro…muy adentro.
Se suma el abandono al agua
que surca el rostro
del niño; dentro…muy adentro.
Se suman febreros
a los melancólicos ojos
de la euforia, dentro…muy adentro.
Y se suma…se suma
Y no se para el sumar…
Se suma la ausencia
más el vacio de la carne
que procreo carne dentro…muy adentro.
Se suma la injusticia
que los justos venden
al mejor postor
combatiendo con la impotencia
para quedarse dentro…muy adentro.
Se suma desamor
al amor blanco y en añicos
queda dentro…muy adentro,
Esta vez, la amargura.
Se suma recuerdos al olvido
tiñendo el alma
de gris plomizo,
Allá dentro…
Y es la suma que se suma
Y nunca acaba de sumar
hasta restar el latir a un corazón.
estas adicciones y otras más
son tan inevitables…
Antonia Ceada Acevedo©