El noble jardin que Dios venera
con su abundante flora perfecta
cual fragancia sublime nos deja
el secreto que guarda discreta
El tiempo que pasa y nunca cesa
en su recorrido marca su huella
como labios divinos que besan
la breve herida que nos sellan.
Sus siervos, los hombres le temen
pero su grandeza les impide llegar
por eso los bosques que quemen
a su tierra que sufre, haran llorar.
Como suele su codicia insolente
arrebatarle la vida a tal creacion
sin verguenza la gente indecente
que destruye por mejor condicion.
Profana hoy, que el tiempo corre
asi bañes de sangre los suelos
y ni con millones puede borres
el castigo que te manden del cielo.