¿VIDA ETÉREA?
Esta cruel punzada que atraviesa el pecho
haciendo sangrantes ríos ambulantes,
coyotes mordiendo
la carne, el hueso, a veces el alma.
¡No hay alma allí!
Está oscilante cual fondo marino claro por el sol
o en la obscura sombra,
final de un espejo cruzado de quiebres
por golpes, caídas.
¿Cuál será el karma final de existencia pero no de esencia?
Revisando su aura se opacan colores
que quizás por fuerza serían base sólida
garantes seguros de mejor destino.
Pero allí en lo etéreo poblando espacios
sin techo ni fondo,
en un remolino sin peso ni forma
descienden y caen.
Suben por la cuerda
sin asirse a nada, sin nada tocar,
las luces sin brillo
que tal vez regresen en resurrección
o puede se pierdan… en nada jamás.
Giran, no se cansan,
hablan, no hay respuestas,
saben que el silencio se vuelve murmullos
pero nadie entiende,
entonces retumban sin que vuelva el eco.
Esos fantasmales gritos aterrantes
de los que se encuentran
deseando la vida, viviendo la muerte
viviendo la vida, deseando la muerte.
RESERVADOS LOS DERECHOS DE AUTOR:
MIRIAM RINCÓN URDANETA.