El perro se desamarro
con él se fue también
la fidelidad,
y no regresó,
para que lo patearas de nuevo,
se canso de tu ego,
de tus mentiras,
se canso de tu odio;
al amor
a tu DIOS
a esos que no cuentan,
a tu propia poesía,
a tu revolución.
Enterraste en mi cuerpo
dagas de hielo
las que enfriaron mi alma,
la que vive de amor…
¡Puta madre que dolor!
Detrás de mi vienen veinte,
ojo mucho ojo,
te cuidado niña-mujer
que te gusta jugar a la cenicienta,
pues mira bien, es Ali Baba,
y son cuarenta…
En la montaña;
ruge el cielo
ruge el mar
ruge el sol
ruge mi voz
me dejaste vos,
y la veladora de repuesto
también se apagó…
Pero no vine amarte a ti,
no vine amar a tu DIOS.
tampoco amar a tu héroe de guerra
no vine amar a nadie,
¡Pero me enamore!
De ti, de ella, de DIOS…
Me enamore de todo
hasta de mi vos,
me enamore…
¡Puta madre!
Y perdiste vos,
y perdió ella,
¿Y perdí yo?
“Muéstrame tu cara señor”
¿Te pareces a Mahoma?
¿Te pareces a Jesús?
¿Te pareces a Buda?
¿O serás Castro, Obama, Chávez o Calderón?
Pero soy yo el que ésta en el espejo,
que cabrón, que grande soy.
Ahora anda y se feliz,
fuma, drógate, alcoholízate,
espermatízate,
en ese bar apocalíptico;
donde van a llorar
los que pierden;
el amor a los demás
el amor a sí mismos
la fe de su religión,
y su misma dignidad.
Ahí donde van;
los que odian a todos
los que quieren olvidar,
y escriben de sus tristezas.
Anda ve y escribe sobre ese perro
que fue de vos,
al que pateabas…
y regresaba adicto,
por una dosis más de tu desprecio,
por otra más de tus dagas.
Escribe sobre mí,
del que dices que no es nada,
del que se enamoro de tus letras,
de tu belleza… ¿De una foto?
¿¡Puta madre me enamore de ti!?
Hubiese sido bueno enamorarme,
pero sos tan complicada,
que sería más fácil hacerlo de una Geisha,
ruge tu voz
ruge la de ella, la mía
ruge la de DIOS,
hasta mis tripas rugen.
¡Puta madre!...
Anda ve y encuentra a ese perro
patéale el culo de nuevo, y veras
que no regresa…