Me regalas el brío
que baja por tus piernas
y las notas de la guitarra
que se graban en la arena.
Me regalas la música
que corre por tus venas
y el galopar de tus manos
recorriendo mil leguas.
Me regalas el arcoíris
de tu sonrisa traviesa
y el compás que se adivina
en el vaivén de tus caderas.
Me regalas la nube
de la duda cuando sueñas
y los caminos que se cruzan
esperando a que tú vuelvas.
Me regalas el viento
que golpea mi conciencia
y las caricias de esta noche
envueltas en paños de seda.
Me regalas el mar
reflejando las estrellas
y en mi boca toda la sal
de tu naturaleza.