A veces te veo en la distancia y no por eso estás lejano aunque quisiera.
Como si el universo confabulara para hacerme recordarte. Te veo en los lugares más inverosímiles de mi vida.
Te dibujo en el aire y en las sombras y me pierdo en el susurro del viento escuchando tu voz.
Como duele esto que se ha quedado tan dentro como una daga que no puedo sacar de mi corazón y que hace sangrar la herida incesantemente.
Qué pasó? la pregunta sigue siendo la misma, la respuesta sigue estando en el aire y la conversación pendiente es como una esperanza vaga que aunque se debilita por el tiempo sigue presente aunque no quiera.
No sé nada de ti y a pesar de sentir que eso es precisamente lo que quieres ,no puedo arrancarte de mi mente y busco maneras de olvidarte ,y aunque a ratos parece que casi lo logro, no consigue tu recuerdo morir del todo.
Trato de razonar el por qué no te olvido y al darle explicación a mi inquietud mitigo un poco la desesperanza de cada dia, pensando que existen explicaciones razonables para ello. Pero a pesar de todo sigues estando ahí, y me duele ,me da rabia pensar que sigo siendo tan tonta como para amarte aun sabiendo que me has borrado de tu vida, y no se bien si de tu recuerdo. Pero de que me sirve tu recuerdo si echaste a andar un motor en mi vida que solo sabe dirigirse a ti y ahora es imposible pararlo, como frenar todo lo que me hiciste soñar y planear y sentir.
Dios ayúdame, solo tú puedes cambiar la dirección de mis pasos.