Bajaré las corrientes del río,
entraré con mi barca en el mar,
mi horizonte será mi destino,
donde libre pueda navegar.
Mi timón será fuerte en mis manos
contra lluvia, viento, vendaval,
esquivando los acantilados,
que me impidan a tu isla llegar.
Entraré por la playa del norte,
donde funden espumas las olas
y en la arena escribiré tu nombre
decorado con mil caracolas.
Primavera de blancas arenas,
gota a gota jardines de azul
y una rosa roja como ofrenda
en los cielos vestidos de luz.
Paraíso de mi isla soñada,
juventud de latente pasión
y mi mano –caricia en tu cara-,
que te besa con ojos de amor.