Tus ojos me miraron
Radiantes e inquietos
Tus labios seductores
Sensuales casi atrevidos
Fascinaron mi alma
Con inexplicable felicidad
Ahora tu ausencia
Cual ciclón anunciado
Fuerte e inevitable
Me sigue golpeando
Sonrío acompañado
Del desengaño
Quizá sea alivio
Quizá sea tortura