Alguna vez me dijeron,
que tenía un lindo talento,
que debía aprovecharlo,
para ganar dinero,
porque de esas voces
no había en todos lados...
En otra ocasión,
cuando mencioné
que yo para cantar
había nacido,
se burlaron de mi,
de mi sueño,
y de mi pensamiento...
Hoy veo que lo que faltaba
era el propósito,
algo que me diera la razón
para hacerlo...
Cuando Dios llegó a mi vida
supe que Él era mi sustento,
supe que a Él era a quién le daría
mi voz y todo mi aliento
Él le dió razón a mi vida
pasión a mi canto,
sentido a estar viva...
Entonces pude ver,
que sí nací para cantar,
pero cuando lo dije,
no era el momento,
el glorioso momento
en que Dios se apoderó
de mi vida, y cumplió mi anhelo...
Hoy le canto,
con toda mi alma
con toda la potencia y la fuerza
que mis pulmones pueden soportar,
hoy cuando canto,
canto como si Él estuviera
delante mío,
mi espíritu le adora
mi voz clama con fervor
por su presencia,
mi corazón le llama
y se vuelve una experiencia asombrosa,
pero aún más que maravillosa,
al compás de la música
y de cada verso,
me entrego
como si fuera la primera vez
que canto para Él...
________________________________________________
©2012 Marcela Murillo
Poema registrado. All rights reserved.
Se permite la reproducción citando al autor.