Cielo azul, deslumbro un día lluvioso, gotas que caen sobre tu cuerpo, placer sin igual, un suspiro que hace palpitar al mundo, girar sobre tu imagen pura, pero con gran deseo de ser admirada, tus ojos observan un rojo que atrapa y te baja hasta el infierno, tus manos provocan al pecado, ese dulce sabor que envicia mi ser, que moja mi intimidad.
El respirar tu aliento, olor a sensualidad a vigor. Tu cuerpo crece, se tormo incapaz de permanecer en secreto, mi intimidad se ve deseosa de ser tocada de una forma sutil y delicada.
Una luz penetra en los corazones, aquella donde decidimos hablar sin decir ni una palabra, en donde los suspiros y aquella poesía estuvo presente, melodías que alimentan nuestros espíritus.
Cerrar la puerta una vez mas para decirte que te amo, Abrirla ahora, para que pueda ver lo que en realidad es, para despertar y observar que efectivamente tu cuerpo estuvo ahí, pero tu alma, ser y corazón nunca llegaron a pensar de ser invitados; aun así el placer y la pasión sobro para una noche mas....