Eugenio Sánchez

DESDE LA VENTANA

  Ella y él frente a la ventana silenciosa

una tarde de enero  en la ciudad, 

mirando  cuando el cielo arrebolado

pintaba de rojizo la tarde moribunda.

Ella y él con la mirada fija, de pupila a pupila

de corazón a corazón,  de alma a alma,

de piel a piel, de beso a beso, de sexo a sexo,

de suspiro a suspiro muy bien acompasaban todo.

Ella con sus cabellos negros, rizos,

con sus labios de fuego y hechicera sonrisa.

Mientras el sol sucumbía en el océano,

esos dos cuerpos entregados mutuamente

al placer que el amor les bridaba

y mientras mas avanzaba la noche

más y más los amantes excitados,

como dos locos se destrozaban  la piel  a besos.

La  alcoba, cómplice de este idilio.

y la  noche estrellada desde arriba

cantaba su silencioso canto nocturnal

y la media luna lloraba desde  su trono,

no sé si de celos  o alegría

y en el  nidito de amor los amantes furtivos,

exhaustos de placer  volando al infinito

desnudos yacían agitanado  latidos.

Una lluvia de te  queiros se oía en el cuartito

mientras la noche les cubría con su manto;

las miradas reflejaban el  amor y la dicha

y entre suspiro y suspiro se quedaron dormidos.

Eugenio Sánchez