Tortolita blanca de ojos azules,
llévame contigo en tus flancos,
porque anhelo ver a mi amada,
detrás de esas infinitas colinas.
Desplegando las montañas,
atravesaremos las cordilleras,
sumiso a tu cuerpo estaré
mientras desafiamos al viento.
Hermosa palomita encantadora,
no te apresures por llegar tarde,
la lóbrega poco común se hace
presintiendo que estas cercana.
Amada mía dueña de mi alma
al fin de lo inmenso te veré,
Palpando las nubes estaré,
enseguida a tu regazo caeré.
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Todos los derechos reservados Elias Lucas 2009.