Tiempo pierdo al mencionar, El deseo granado de mi cuerpo. En beber los aires, Que la distancia me separa hasta sus labios. En contar los truenos bajo mi pecho, O los sudores avergonzados de mis dedos trémulos. Tiempo, en recordar su nombre, Mientras se dibuja mi faz líquida, Sobre los dos océanos incógnitos de sus iris. En esperar que las violetas y rosas no espinadas , Crezcan sobre su piel mal nutrida de caricias. En desnudar su tatuaje de vida, Con mis diez hoces vírgenes . Tiempo pierdo, En soñar que despierto Y transformo la sombra de mis brazos, En el calor perfumado de su carne. Tiempo, en descifrar los sabores de sus labios, En distinguir cual luz de la tarde, Peinó sus cabellos. Cual jazmín incauto, heredó sus vientos.