Quisiera saber contar al revés…
Los besos que no te di,
los que quedaron a medio escribir,
los que, por mí misma, nunca me atreví.
los que, por prudencia diplomática, me prohibí.
Los que, por insulsa, dejé de recibir.
¡Ay! Los que, con la mirada, di.
Ahora, desde la distancia…
Serán los años, la moderación del pudor,
será que cada alba, con las olas a babor,
me impregno del sabor de tu beso en mis labios.
Y lo peor, lo socialmente prohibido,
lo que el olvido, fervientemente, mantiene vivo…
Sé, que desde mi corazón, es bien recibido.
¡Al carajo el mundo!
ése que nos etiqueta,
que nos ofrece fantasías enlatadas,
disfrazadas de hipocresía censurada.
¡Cuán difícil el protocolo,
cuando el corazón gira loco!
Tal vez me dirás, ¡parafernalia!
(me espeta tu falsa fría mirada,
ésa que me es prohibida a los sentidos…
que no a mi ser del sentir consentido).
Decirte desde el alma…
¡Eres el amor de mi vida!
El elfo sonriente de mi ventana,
la bendición del buen Dios cada mañana.
¡Laurel que sazonas mi alma,
vistes de gala a elfos y hadas!