A tu lado no siento el frio
Y en mis labios las lágrimas ya no caen
En Dios eternamente confió
Por obsequiarme hermosa flor del Edén
No puedo ignorar
El noble rito de dulzura
De tu lindo rostro observar
Y tratar de no perder la cordura.
Me sumerjo en un mar de emociones
Y pienso que tenerte es un pecado
Cuando escucho de tu alma sus canciones
Y acaricio tu cuerpo sagrado