Siento en ti, ahora, algo estelar. Le falta nombre.
Plena estrella, pletórica. Así te hallo, así te dejo.
Manando, siendo fuente dócil, sólo ésta vez.
Apenas por un momento así. Entonces
seamos alegres como son alegres
los centros de los soles que se inclinan.
Da un maravilloso giro leve, sorprende y se expande.
Trenza de hojas, chispas o salpicaduras. Todo vale.
Vale tocar con la boca uno de sus mil nombres
o hacer de nuevo uno y no repetirlo,
sin negarse a un momento así y saberlo,
esperando el sonido que hace al llegar.
Como gargantas de un coro lejano que viene y viene
siguiendo su rumbo hondo, pisando techos.
Pletórica alma gemela, si puedes hablar, dime:
Cuál de todos los asombros te ocurre en éste momento.