Siempre soñé con tener un hijo varón
Para gritarle al mundo entero
¡He aquí a mi hijo!
¡Mi sueño! ¡Mi ilusión ¡
Y un día Dios me dio su bendición,
Mandándome un ángel de amor,
Eras tan frágil, tan pequeño
Que te acurruque en mis brazos
Y te brinde mi protección,
Desde entonces, te he visto crecer,
Me has dado días felices
Así como días de aflicción,
Con la esperanza en el corazón
Y en los labios una oración,
Hijo mío… tienes que enfrentarte a la vida
Y si sientes no poder con ella,
Siempre estaré contigo
Como tu mejor amigo,
Recuerda que la confianza es frágil
Que se rompe con la mentira,
Recuerda que los padres
Por los hijos dan la vida,
Pide ayuda cuando lo necesites,
Aprende a decir o callar,
A tomar tus decisiones,
Pero sobre todo, aprende a triunfar,
Podría escribirte mil consejos
Sencillos o en parábolas
Con miles de alegorías
Que te llenen de alegrías,
Más hoy solo te escribo un poema
Con mucho amor, sin metáforas,
Para ti hijo mío,
Siempre mi niño
Mi pequeño corazón.
Autor: Gilberto De La Cruz Gutiérrez.