¡Hoy no tengo nada para escribir!
Y una voz en mi interior
me recriminaba…
¿Felina, no tienes nada?
no defraudes en los que en ti confían,
le respondí, tienes toda la razón,
llega la inspiración
si palpita el corazón,
con sólo abrir la ventana
y ver a los poetas del alma,
me invade una sensación
y, es que me lleno de emoción
y quiero mis letras plasmar,
así no sea para impresionar,
pero si una disculpa
para estar cerca
y sentir ese cálido afecto,
al tenerlos tan distante
y al mismo tiempo cerquita.
Cuándo comentan mis letras,
el alma se me engrandece
y la tristeza languidece,
al recibir tanto abrazo
y tanta estimulación,
para que los versos,
no deje en el panteón.
Felina